lunes, 30 de julio de 2012

Diario de un viandante ensimismado





















Siempre  siempreamos y casi nunca nuncaemos.


Frente a la Iglesia de San Pedro. Gijón

1 comentario:

Amelia dijo...

Eso ocurre porque el "presente" nos parece eterno y lo queremos para "siempre", porque pensamos que mañana no se producirá el "nunca" y los pasos a seguir se pueden tornar en pasos abandonados porque las circunstancias cambian... no ya por uno mismo, sino por los demás.
Besos.