7 de julio
Si acaso pudieran mis zapatos andar hacia atrás
yo renunciaría a mis huellas en el porvenir ignoto.
Si acaso el sol aquél que fue aquella mañana de julio
hubiese sido apagado por la súbita tormenta.
Si acaso mis uñas crecieran hacia dentro de mí
para no repetir el grito ahogado en mis entrañas.
Si acaso yo pudiera dar mi corazón a ese niño
yo daría al sol mis horas nocturnas,
mis largas noches de insomnio, mis inviernos,
mis lluvias, mis sombras, mi penumbra,
mis flores nacidas en el umbráculo
para dárselas a ese niño
también el amor de mi vida
también mi propia vida.
Javier Duarte
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