lunes, 25 de febrero de 2013

Te escribo un poema
















CONFESIONES


También la noche debe quedarse en un cofre a veces.
 Un cofre hecho de aurículas y sangre.
 Una aorta grande que vaya desde el corazón
 hasta esta pluma que, desde hace mucho, me escribe san­gre. 
Noche de estalagmita y estalactita
 en una gruta que espera ser hollada por un tímido rayo.
 Esta gruta no sabe qué es la vida. 
¿No hay un resquicio para la vida? 
¿ No es lo mismo esta gruta y una noche sin nada más?
      Cada vez me cuesta más oír, ver, palpar y saber.
      Cada vez me cuesta más sentir.
      También los cirios se apagan en la ermita 
       de aldeas pequeñas y oscuras.
       Hace tanto que no siento la vida, perdón la noche, 
       perdón unos de­dos. 
       ¿Nunca una caricia?
       Me duele confesar que confieso.
       También se confesaban así mis antepasados, 
      esperando amanece­res y amaneceres. 
      La noche siempre acaba en los sueños de los hom­bres.
      Una gruta oscura se hace grande como un volcán que expele ansiedad.
      Aquí yace sobre el papel un hombre enterrado en vida.


Javier Duarte

No hay comentarios: