miércoles, 27 de febrero de 2013

Te escribo un poema

























Amo la lluvia que derrama tu pelo los viernes a la hora del crepúsculo
cuando cansada, te sientas
en la otra punta de la estancia. 
Te miro bien las gotas que resbalan
 por el blanco vestido transparente 
y se hunden irremisiblemente entre tus dos pechos tibios.

Amo esa dama del siglo dieciocho asomada a los balcones del suicidio y del sueño.
¿qué oyes en las espesas frondas inextricables?
¿qué pájaro agorero te espera en las afiladas rocas que reposan sobre abismos oscuros.?

     No soy el caballero andante que quiere conseguir ínsulas de amor o librar batallas 
en campos escaldados por el sol. 
Soy el caballero que se ha  encerrado
en una torre para amarte,
 hasta enloquecer si es preciso,
 entre los despojos de
catedrales góticas abandonadas,
 persiguiendo figuras ataviadas de blanco
 como tú 
siguiéndote con carreras lentas de pesadillas cuando mis piernas son dos robustos robles centenarios afincados en lo eterno.
     Amo el gesto de tus dedos pasando las hojas del libro que me atormenta en las noches de ladridos. 
Amo la fruta temprana
de tus labios cuando arrecia la tormenta de otro tiempo. ¿qué saben del silencio
las abadias?
¿qué sabe la lluvia pasajera del cuerpo que acaricia? ¿Y qué sabe esa dama que   miro
y no está en la otra punta de la estancia?

Javier Duarte




No hay comentarios: