La
imaginación ha llevado al hombre
a los paraísos perdidos de la infancia
para
reconocer al niño que fue.
La mística sugirió a los iluminados
diálogos divinos
con el alma.
La sabiduría ofreció al maestro oriental
el don de la ubicuidad
para la posesión absoluta del conocimiento.
Desde el espacio que imagino
con los
ojos cerrados
surgiré de las sombras de tu habitación
para besarte la frente,
para que deseches el miedo de las figuras oscuras.
Javier Duarte
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