miércoles, 13 de marzo de 2013

Te escribo un poema


























La noche era para ella el violín monocordio, 
de los labios a la almohada,
 del espejo del armario a los ojos:

la consunción del espejo, entre blonda y encaje;
 la auscultación del cristal,
 del armario rasgado,
 entre vómito y mareo
 siempre con la mirada en el vientre.

Javier Duarte




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