lunes, 18 de marzo de 2013

Te escribo un poema






















Poema para un viernes noche.

Se achica la llama de la vela
que se consume encima de mi altar de hojas muertas.
 Ocaso: la niebla se posa en la ventana de poniente.
 No tiembla la niebla sino las venas de llenas
 y un palmo de noche gélida me roza la sangre caliente anunciando la navidad o , lo que es igual, te quiero pero antes de los besos.
Te tengo no en mi sino, en mi retrato.
Atardece la pequeña lumbre , lo recóndito,
sobre mi vela que es el astrolabio que une el perfil oscuro
de mi alma con el misterio claro de este viernes
febril de infancia o claroscuro humano.
¿ A dónde va la noche de un viernes descalza y sola ?
¿ A dónde va después el aroma a incienso
que arde en mi cuartucho? 
Me duelen las palabras
mi vela, , mis lágrimas, mi noche de viernes,
 aunque las rosas no hablen
“rumor de rosas” entre el misterio y lo cierto de seguir escribiendo una noche de viernes junto a mi vela.

Javier Duarte.

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