miércoles, 6 de enero de 2010

Poesía
















Mujer desnuda

Tus cabellos descienden en un ala de sombra pero tu espalda fulge
como la luz interior de la nieve.
Giras en ti misma como un planeta doloroso.
De tus pechos emergen los pezones azules y de tus ojos lágrimas
transparentes y frías.

Mujer desnuda: no sé pensarte. ¿Quién
puede, en un mismo cuerpo, advertir la belleza y su extinción? Tú
eres
como arpa viviente en síncopa de llanto,
eres incomprensible como el temblor de los álamos, indescifrable
como los alabastros asirios.

De pronto, un ser cuya naturaleza desconozco viene a mis ojos.
No sé su consistencia, sé su virtud. Es un signo.
Un signo semejante a un lirio de fuego nacido de tu vientre. En él,
leo sílabas negras, leo la causa insomne:
tú ocultas mi vejez debajo de tus párpados.

La revista nexos (núm. 375, marzo, 2009) publicó un poema del español Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931)

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